Esto no es ni pretende ser un programa político transformador. Es una serie de medidas de emergencia que deberían llevarse a cabo inmediatamente para evitar lo peor de las olas de calor.
- No se trabaja a más de 30 grados.
- Se garantiza la posibilidad de toda la población de estar a temperaturas adecuadas en cualquier momento, día y noche.
- Se garantiza que los centros de trabajo, residencias de mayores, hospitales y centros educativos están climatizados, sea de forma pasiva o activa.
- Se garantiza la atención pública y gratuita a personas vulnerables solas, en las que suelen cebarse las olas de calor.
- Se prohíbe o limita seriamente la circulación de coches por el centro de las ciudades durante los picos de calor.
- Se revisan los protocolos de cierre de parques y se garantiza la disponibilidad de fuentes y sombras públicas cada doscientos metros.
- Las restricciones en el suministro de agua para uso humano corriente –en lo que entran, claro, fuentes y piscinas públicas en verano– podrán realizarse solamente si se han agotado las posibilidades de realizarlas en actividades industriales, ganaderas o de ocio.